Encuentra la Verdadera Felicidad en la Navidad

El verdadero significado de la Navidad

Series: Devocionales

Almacena tus tesoros en el cielo, donde las polillas y el óxido no pueden destruir, y los ladrones no entran a robar. Donde esté tu tesoro, allí estarán también los deseos de tu corazón.

Mateo 6:20-21

Hace unas semanas atrás, mi esposo limpió el garaje. Recogimos muchas cosas y las pusimos en bolsas plásticas para donarlo todo a nuestra organización benéfica local.

Pronto llegó la época navideña y mi esposo estaba cumpliendo su misión de ayudar a decorar. Sacó el árbol de Navidad de la caja, que estaba equipado con luces, lo cual es estupendo.

Al llegar nuestros nietos, ellos abrieron la puerta de entrada con gritos de emoción, listos para colgar los adornos en el árbol. Les entregué sonriendo, la caja con adornos ante sus caritas risueñas para continuar con nuestra tradición navideña. Pero para nuestra decepción, la caja solo contenía algunos adornos rotos de años anteriores. Buscamos por todos lados, las partes que faltaban, que habíamos guardado el año anterior, pero no estaban. Sin duda, las habíamos empacado con los artículos para regalar a nuestra organización benéfica local.

Entonces, ahí estábamos, mirando un árbol desnudo e iluminado que esperaba ser vestido.

Traté de consolar a los niños, y me preguntaba cómo explicarles que los adornos son solo eso; una adición para decorar lo que ya había allí.

Yo realmente lo creo así. Yo lo disfruto, no por las decoraciones, sino por la compañía de nuestros nietos, sanos y llenos de vida. Ellos son los adornos creados por Dios que decoran nuestra vida.

Entonces sucedió algo bueno. Dios sonrió. Agarré dos adornos, unos pequeños marcos que nos había regalado recientemente un amigo muy querido. En cada uno de ellos colocamos las fotos de nuestros nietos y nuestro árbol nunca se vio más hermoso.

No nos falta nada este año. Tenemos el ingrediente principal para la receta de la verdadera felicidad. Solo los adornos suficientes para añadir significado. Solo las luces suficientes para recordarnos a Cristo. Y mucho verde que habla de la naturaleza inagotable del amor de Jesús.

No es de extrañar que Él dijera: “Almacena tus tesoros en el cielo, donde las polillas y el óxido no pueden destruir, y los ladrones no entran a robar. Donde esté tu tesoro, allí estarán también los deseos de tu corazón”. (Mateo 6:19-21)

Ora esta semana:

Señor, oro para que en esta época de Navidad Tú seas la razón de mi felicidad.


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